Por: Anónimo
Actualmente, dadas las condiciones morales que se respiran en nuestras naciones, la coyuntura concerniente al aborto y, más aún, la normalización de esta práctica parece ser ya una realidad de Perogrullo.
En el ir y venir constante de pseudoargumentos a favor y, otros más sensatos, en contra, se suele ir cada vez más lejos, olvidando las bases más fundamentales del tema en cuestión.
Para entender el por qué hoy se habla con tanta naturalidad al respecto, es necesario volver a la génesis. Los motivos por los cuales se habla de prácticas que hacen odas a una cultura tanatofílica se encuentran en tres pilares, a saber: el origen moderno, el político y el geopolítico.
Referente al primero, encuentra ya su origen con Descartes [1]. Indispensable será rememorar que la modernidad desnaturaliza al hombre, pues coloca a la técnica (τέχνη-techné) como la morada (ἔθος-ethos), de tal manera que el hombre trata de controlar el brotar espontáneo de la naturaleza.
Por otro lado, con relación al origen político, el problema se fundamenta en un liberalismo tergiversado, tendiente al libertinaje, un «hacer lo que desees con el cuerpo sin restricciones morales ni religiosas».
La concepción negativa de la libertad («libre de») comienza ya con Kant [2] ; es indeterminación pura, el sujeto es libre cuando su voluntad se mueve sin la determinación de su naturaleza (no por nada la ideología de género, la eutanasia, y, no menos, el aborto).
En última instancia, pero no menos relevante, el origen geopolítico. Las UPSAT [3] son hoy día las que a través de distintos métodos gobiernan a piacere las relaciones internacionales, convirtiendo así a las soberanías nacionales en instituciones sin importancia.
«Gobernar es poblar» [4] , decía ya Juan Bautista Alberdi en aras de resguardar la soberanía de la Argentina de 1852. Para casi cualquier persona que se haya adentrado en los medios alternativos de información, no resultarán nuevos los intereses de diversas ONG en busca del control de la natalidad. El pensamiento malthusiano para controlar los recursos de los países de «tercer mundo» es un factor común entre los metacapitalistas [5].
Ya Carl von Clausewitz [6] identificaba que el territorio era poder, y la forma más sencilla de lograr controlar territorios es si estos se encuentran relativamente despoblados.
El otrora principio «uti possidetis iuris», proveniente del derecho romano, autorizaba a la parte beligerante a demandar el territorio que había conquistado tras una guerra, no obstante, si bien las guerras aún existen, han quedado ya como herramientas vetustas y poco elegantes. En la actualidad, se arguyen nuevas estratagemas, verbigracia, afirmar que dado que una nación no puede explotar los recursos que posee en su territorio por falta de tecnologías, entonces sería indispensable la intervención extranjera, pues esos recursos son «patrimonio de la humanidad».
Entendiendo los tres pilares anteriormente explicados, será imperativo entender la concatenación de una nueva tríada argumentativa de calidad a favor de la vida, a saber: fundamento científico, filosófico y jurídico.
Mediante la ciencia, la Teoría Celular es el postulado por excelencia, pues afirma que la mínima unidad de vida es una célula y que toda célula proviene de otra célula de la misma especie, ergo, la primera célula embrionaria producto de la fecundación no solo está viva, sino que es parte de la especie humana [7].
Por medio de la filosofía, es sabido que a un individuo de la especie humana se le denomina persona humana, en palabras de Boecio: «sustancia individual de naturaleza racional» [8] . A su vez, jurídicamente, toda persona humana tiene derechos humanos.
En suma, la ciencia ofrece el concepto más objetivo de la génesis de la vida, la filosofía toma lo objetivo para prescribir el concepto de persona y poder forjar el dato que tomará la institución jurídica, determinando de esta manera el derecho de la persona humana. Es decir, los derechos pertenecen a las personas humanas, y todos los individuos de la especie humana son personas humanas; simultáneamente, como el derecho es aquello que el hombre necesita para ser lo que es y seguirlo siendo de un mejor modo si quiere, es preciso que en el orden social se respeten los derechos humanos.
Retomando la primera tripleta expuesta en este texto, uno de los problemas es la modernidad. Para la modernidad la ética no es una ciencia, mientras que para Aristóteles la ética es una ciencia teórica con orientación práctica [9].
¿Por qué la ética es una ciencia? Porque tiene conocimientos que parten de un análisis minucioso de la realidad y la naturaleza del hombre, describe en la «causa formal» (la naturaleza del hombre) el sentido de la «causa final» (el para qué fue hecho el hombre). Las prescripciones de la ética están dadas en el sentido de la vida; la ética prescribe el sentido, pero la prescripción del sentido depende de la descripción de la naturaleza, si esto no fuese de este modo, sería arbitraria y caprichosa, cada hombre tendría el deber que quisiese.
En definitiva, una vez que se descubre la estructura formal de la naturaleza humana, se descubre en ella los derechos y los deberes.
Por lo tanto, si la «causa final» responde a la «causa formal» y la descripción de la «causa formal» es científica, así pues, la «causa final» también es científica, y la ética es una ciencia práctica.
En conclusión, si el discurso del aborto (y todos sus homólogos tanáticos) se ha logrado instaurar con tanta normalidad en las sociedades, no solamente es por factores económicos. El trasfondo que hace posible que los factores económicos se aprovechen de la situación es la cultura y la mentalidad de las sociedades que se han olvidado de la concatenación del fundamento científico, filosófico y jurídico.
Se exhorta vehementemente al lector a retomar y reafirmar estos pilares sobre los cuales se erige la sempiterna batalla cultural.
[1] DESCARTES, R.: Discurso del método; estudio preliminar, traducción y notas de Bello Reguera, E.; ed. Tecnos, Madrid, 2003. DESCARTES, R.
[2] KANT, Emmanuel. Crítica de la Razón Pura. Traducción de Pedro Rivas, Madrid, Editorial Alfaguara. 690 págs. Universitas Philosophica, 1(1).
[3] UPSAT (Unidad Política sin Asiento Territorial): Cuando se habla de una UPSAT se hace referencia a un individuo, un grupo de individuos o algunas entidades por ellos conformadas cuyo poder, prestigio o riqueza les permite intentar imponer su voluntad a una UPCAT (Unidad Política con Asiento Territorial); a saber: Open Society Foundations, Rockefeller Foundation, Bill & Melinda Gates Foundation, por citar algunos ejemplos.
[4] ALBERDI, Juan Bautista. «Cartas Quillotonas». Buenos Aires, Ediciones Estrada. 1957.
[5] El metacapitalismo es un concepto acuñado por Olavo Luiz Pimentel de Carvalho. Alude a todos aquellos capitalistas que han acumulado cantidades exorbitantes de riquezas y que son capaces de «jugar fuera de las reglas del juego», del juego de la economía mundial.
[6] Carl Philipp Gottlieb von Clausewitz fue un militar prusiano, uno de los más influyentes historiadores y teóricos de la ciencia militar moderna.
[7] SANTELLA, L., Lim, D. y Moccia, F.(2004). Calcium and fertilization: the beginning of life. Trends in biochemical sciences, 29(8), 400.8. doi: https://doi.org/10.1016/j.tibs.2004.06.009
[8] BOECIO: Liber de person et duabus naturis: ML, LXIV, 1343: «Persona est rationalis naturae individua substantia». Cf. Tomás de Aquino: Summa theologiae (S. Th.) I, q. 29, a. 1.
[9] ARISTÓTELES. Ética a Nicómaco. Trad. J. Palli, Editorial Gredos, Madrid 1985.
Referencias
ALBERDI, Juan Bautista. «Cartas Quillotonas». Buenos Aires, Ediciones Estrada. 1957.
ARISTÓTELES. Ética a Nicómaco. Trad. J. Palli, Editorial Gredos, Madrid 1985.
BOECIO: Liber de person et duabus naturis: ML, LXIV, 1343: «Persona est rationalis naturae individua substantia». Cf. Tomás de Aquino: Summa theologiae (S. Th.) I, q. 29, a. 1.
DESCARTES, R.: Discurso del método; estudio preliminar, traducción y notas de Bello Reguera, E.; ed. Tecnos, Madrid, 2003. DESCARTES, R.
KANT, Emmanuel. Crítica de la Razón Pura. Traducción de Pedro Rivas, Madrid, Editorial Alfaguara. 690 págs. Universitas Philosophica, 1(1).
SANTELLA, L., Lim, D. y Moccia, F.(2004). Calcium and fertilization: the beginning of life. Trends in biochemical sciences, 29(8), 400.8. doi: https://doi.org/10.1016/j.tibs.2004.06.009