Por: Ángel Fernando Moreno Silva
Participó en los cursos El Cerebro del niño “Impacto y consecuencia de Eventos Dolorosos” y Neurociencia de la creatividad y arteterapia “Explorando el Cerebro Artista”, impartido por el Instituto de Neurociencias Aplicadas al Desarrollo.
A medida que las ideas “neoliberales” han tomado fuerza a lo largo de estos años, hemos logrado apreciar que estas mismas, toman como principio la tergiversación de los hechos históricos, modificándolo en virtud de su causa. Este mero hecho resalta el peligro que representa la participación de esta corriente dentro de la sociedad, ya que el sustento principal está basado en meras falacias. Un ejemplo claro de ello es cuando relatan las injusticias que vivían las mujeres de antaño, ignorando por completo el desprecio total que se tenía hacia los hombres que eran esclavizados o las personas de clase media o baja. En un contexto como este podemos dar cuenta que, en cierta medida, todas las personas que no pertenecían a la realeza eran denigradas, a tal punto que no se les otorgaba la dignidad humana correspondiente.
Esto nos permite reflexionar que la violencia ejercida hacia los seres humanos que vivieron en aquel tiempo era injustificada. Pero actualmente poco se habla sobre la violencia per se y se opta por ensalzar la violencia que fue padecida específicamente por las mujeres. No obstante, si comenzamos a dar pequeños vistazos a lo largo de la historia, podemos resaltar que las mujeres tenían un lugar privilegiado al tener menos obligaciones hacia la sociedad, pues si recordamos, aquellos hombres que incumplían sus obligaciones lograban ser merecedores de la pena de muerte o bien ser merecedores de cárcel o tortura, así mismo el hombre era quien respondía por las faltas cometidas por algún miembro de su hogar. Dentro de las torturas que se le imponían a un hombre con familia, era el daño a sus seres queridos como a su esposa e hijos. De este modo se resalta el papel fundamental que tenía la mujer en la estructura moral y el fortalecimiento del hombre, ensalzando a la mujer y colocándola en un plano valorativo, mayor que al hombre, pues parece que, sin ella, el hombre no lograba enriquecer su propia vida. Por esto es casi inevitable no resaltar que dentro de las mismas deidades que les otorgaban sentido a los procesos naturales, existían figuras femeninas que representaban la divinidad de los sucesos que acontecían en el entorno. Al mismo tiempo, el valor y el respeto de la mujer se ve reflejada desde los principios de la civilización humana, como lo es en la región de Sumeria y más específicamente en Uruk donde le rendían culto a la Diosa de la fertilidad, pues como evidencia de ello en el museo de Irak, Bagdad, se conserva un vaso de alabastro, en el que depositaban distintas materias primas, principalmente de origen vegetal y animal. No obstante tiempo después en el mandato de las tribus de los amorritas dirigidos por Hamurabi se decretaron leyes en la que se generaban condiciones a favor de la mujer.
Así mismo dentro de la cultura mexicana, y contrario a la creencia “progre”, la mujer tiene y tenía un estatus moral en la que, en cierta medida, sobrepasaba a la del hombre. Como prueba de ello se toma en cuenta el desarrollo de la isla de Cozumel, ya que en ella se encontraba un templo dedicado a la diosa Ixchel a la que le rendían tributo, pues según cuenta la tradición maya, dicha diosa era encargada de la fertilidad en la que hace alusión a las cualidades propias de la mujer, como la concepción, el embarazo, en el parto, en algunas enfermedades que padecían algunas mujeres, entre otras cosas. En un tiempo más reciente, podemos denotar la importancia de la mujer dentro de la cultura mexicana al momento en el que se inculca a los hombres un respeto profundo hacia la mujer, avivando en el hombre aquella empatía que comienza a perderse en los tiempos modernos, así como aquellas nobles costumbres que impulsan a la persona a seguir mejorando en su vida pública y privada.
Es así que la pregunta obligada que surge bajo estos hechos es ¿Por qué pareciera que la mujer presenta una inferioridad ante el hombre? Esto podría responderse de distintas maneras, una de ellas la encontramos en la novela titulada “La última oportunidad” escrita por Carlos Sánchez en la que hace una analogía interesante: Al momento de caminar por el bosque y ver un árbol, glorificamos el imponente árbol y nos olvidamos por completo de las raíces que logran sostenerlo, del mismo modo al ver un edificio enorme nos produce un asombro ver el tamaño colosal que este tiene, pero ignoramos los cimientos que sostienen a aquél edificio.
Esto puede responder de manera parcial a la interrogante, pero si ahondamos aún más seremos capaces de reconocer que los valores adjuntos de la mujer, no se limitan simplemente al plano físico, sino que se expande hasta un plano metafísico. Por tanto, se puede afirmar que, dentro de la poca “valoración” que se le tiene, este ligado a la poca profundización de los valores que constituyen una moral fortalecida, en virtud de la persona.
Lo anterior dicho se coloca en evidencia al momento en el que las marchas feministas en México atacan los monumentos que representan la misma liberación humana que no hace distinción entre hombres y mujeres. Al momento en que en dichas marchas violentan la propiedad privada y agreden a otras mujeres en las que depositan un odio injustificado, denotando un berrinche por desear “mejorar” las leyes, ignorando que dichas leyes ya juegan un papel muy favorable hacia la mujer mexicana. Del mismo modo se puede observar en los planes de estudio que pretenden reformar en los distintos niveles educativos, ya que no se aprecia ni se profundiza en los valores humanos, de lo contrario, pareciera que se pretende enseñar la estructura mecanizada del hombre generando una relatividad excesiva en la que los valores se reducen a lo individual y por tanto el impacto generado se limita únicamente a la sensación que cada persona puede percibir, dejando de lado el hecho y la esencia misma de las cosas que se presentan independientemente de la existencia humana.
Por esto último, considero que la verdadera lucha se encuentra en generar conocimiento sobre los valores humanos y no tanto por una reivindicación en los derechos en la que se pretende potencializar los derechos femeninos y por consecuencia generar una distinción entre hombres y mujeres en el que se descuida el propio valor humano.
De este modo, invito a las personas a que generen conocimiento encaminado hacia los valores humanos, expandiendo nuestros horizontes y generar de este modo, una sociedad virtuosa en el que las personas puedan andar con armonía y equilibrio.
Nueva Historia Universal, vol l. 1984. El origen de Sumeria. México D.F: PROMEXA, pp. 19-28.
Cuauhtémoc, C. (Agosto, 1999). La última oportunidad. Ediciones Diamante (México): Ediciones Selectas Diamante SA DE CV.
Álvarez, E., Ávila, A., Barquet, D., Brito, O., Chacón, M., Estrada, J., Gudiño, A., Monroy, D., Martínez, F., Martínez, F., López, M., Trujillo, J., & Tenahua, A. (2021, Marzo 8). Marchas del 8 de marzo en México, así transcurren las protestas en los estados. © GRUPO MILENIO, https://www.milenio.com/estados/dia-de-la-mujer-2021-marchas-para-el-8m-en-mexico.
Gracias Angel Moreno, por resaltar que los valores humanos son importantes y que no debemos dejarlos de lado sin importar el sexo de la persona, y por haberme dejado con una reflexión y muchas dudas al respecto, admiro el camino que has recorrido y el artículo que has publicado, sigue así y llegarás muy lejos, muchas felicidades!