Por: Mary Paz Guerra
La batalla cultural es también una batalla por el lenguaje.
Puesto que las palabras son los anteojos frente el mundo, la forma en la que hablamos es la forma en la que pensamos. Un claro ejemplo de las armas utilizadas en esta lucha son los eufemismos: no es lo mismo decir pedófilo, que “persona con orientación de genero intersexual”. Otro ejemplo: cambiar la palabra aborto por “interrupción del embarazo”. El impacto psicológico y psicosocial es completamente diferente. Y así, nuestra cosmovisión se va creando en base al lenguaje.
Por eso el lenguaje es un medio en disputa entre las personas que quieren cambiar la visión del mundo, celebrando sistemáticamente cada «@», «x», «e» agregada o cambiada en el vocabulario, llamándolo lenguaje inclusivo, y el otro grupo de personas que son la contención por el respeto de este, aunque muchas veces se creyera una lucha superflua e inútil, no hay que olvidar que detrás de esto existe todo un armado ideológico para cambiar la forma de ver el mundo y así manipular al ser humano.
Este sistema ideológico y deconstructivo, que es el mismo que se autodenomina “inclusivo y a favor de los derechos humanos”, es también el que a la hora de defender a las víctimas de violación o cualquier otro delito (y/o personas en vulnerabilidad, como los niños por nacer, las mujeres embarazadas con necesidades especiales, los adultos mayores en abandono, personas con enfermos terminales, personas con alguna discapacidad, etc.), ¿qué hacen? Solo esconden la cabeza y se dedican a incluir nuevas palabras en el lenguaje, sin un razonamiento lógico y fuera de cualquier concepción científica.
Es muy interesante como, de una forma u otra, todos hemos caído en esta trampa. Unos por moda, otros por empatía; quizás por engaño o, simple y sencillamente, para que otro grupo de personas comprendan lo que se trata de transmitir. Incluso para que no se sientan discriminadas y/u ofendidas por la otra parte. Es increíble a lo que hemos llegado para poder comunicarnos, cuando esto tendría que ser algo natural. Y esto es precisamente lo que se intenta modificar: lo natural.
Son las nuevas generaciones las que están en la mira de este proceso de destrucción de lo natural y normalización de lo que no lo es; usando como estrategia la llamada «Ventana de Overtón», en EL LENGUAJE.
La Real Academia Española (RAE) es la institución cultural que se encarga de cuidar los cambios que experimenta la lengua española, buscando que no se quiebre la esencial unidad lingüística en el ámbito hispánico.
Pero ¿qué dice la RAE respecto a este dilema? Su director, Santiago Muñoz Machado, en una conferencia en febrero del 2020, dio su opinión sobre la decisión de añadir el lenguaje inclusivo en la constitución española, esto después de algunas peticiones hechas por la vicepresidenta del Gobierno de España, Carmen Calva. Mencionó puntualmente no ser de su competencia, sino de los políticos realizar dichos cambios. “Incorporar esas formas –de desdoblamiento de las palabras– en la Constitución no es una decisión que corresponda a la Academia”, sino “a los políticos, quienes son los que hacen las normas”, declaró el titular de la RAE.
La Academia estudió el caso y emitió un documento llamado «Informe de la Real Academia Española sobre el lenguaje inclusivo y cuestiones conexas», en el que especificó que: “Entre las tareas de la Academia está recomendar y desestimar opciones existentes en virtud de su prestigio o su desprestigio entre los hablantes escolarizados. No, la de impulsar, dirigir o frenar cambios lingüísticos de cualquier naturaleza”. En este mismo documento, la RAE se encargó de interpretar a lo que se refiere el término «lenguaje inclusivo». “Se entiende, a veces, por lenguaje inclusivo aquel en el que las referencias expresas a las mujeres se llevan a cabo únicamente a través de palabras de género femenino, como sucede en los grupos nominales coordinados con sustantivos de uno y otro género. Desde este punto de vista, sería inclusiva la expresión los españoles y las españolas, y no lo sería, en cambio, la expresión los españoles, aun cuando el contexto dejará suficientemente claro que abarca también la referencia a las mujeres españolas”. Y abundó el documento: “También se considera inclusiva, en esta misma interpretación del término, la estrategia de emplear sustantivos colectivos de persona, sean femeninos (la población española), sean masculinos (el pueblo español), así como la de usar términos nominales que abarquen en su designación a los dos sexos (como en toda persona española, en lugar de todo español)”. [1]
En respuesta a los que afirman que el lenguaje es sexista, el artículo menciona: “Uno de los argumentos básicos de quienes sostienen que la lengua española es sexista se centra en la carencia histórica de términos femeninos referidos a cargos, oficios y dignidades, en oposición patente con el número de voces masculinas para designar tales puestos laborales. La lentitud con la que se incorporan estos dobletes al diccionario no depende de la lengua española ni de la institución académica, sino de la sociedad”.
Las manifestaciones de otros organismos, tales como las dadas por la ONU en su página web oficial sobre este tema son: el género gramatical se manifiesta en los sustantivos, adjetivos, artículos y algunos pronombres. En los sustantivos y adjetivos existe únicamente el morfema de género masculino y el de género femenino. El género neutro se ha conservado en unas pocas palabras, como «aquello», «eso», «esto», «ello», «alguien», «algo» y «lo». [2]
En español hay distintos mecanismos para marcar el género gramatical y el sexo biológico: terminaciones (chica/-o), oposición de palabras (padre-madre), el determinante con los sustantivos comunes en cuanto al género (el/la estudiante, este/esta representante). También hay palabras específicas (sustantivos epicenos) que tienen un solo género gramatical y designan a todas las personas independientemente del sexo biológico (la víctima, la persona).
La subversión del lenguaje es llevar a cabo una alteración y/o destrucción de conceptos claves: como la definición del matrimonio, el género, familia, etc. Un ejemplo de esto lo vemos en Canadá: la eliminación del género en el lenguaje es una realidad. Un totalitarismo a todas luces. Desde el año 2016 la «Ley 16» dice: “es obligatorio el usar pronombres neutros, diseñados por los ideólogos de género con la única tarea de imponer una agenda política, es así que se creó una lista para cada uno de los pretendidos géneros y es obligatorio por ley el dirigirse a cada persona según su género percibido”. Wilson-Raybould, Jody. [An Act to amend the Canadian HumanRights Act and the Criminal Code], Parliament of Canada, Bill C-16, Ottawa,2016.
Dando lugar a nuevas construcciones sociales y también a problemáticas para los que hoy se perciben de una manera y mañana de otra por dar un ejemplo, dejando completamente de lado la ciencia y la biología, siendo esto fruto de lo ya mencionado, la estrategia ideológica para controlar el habla y el pensamiento, ya lo decía el ministro de propaganda de los Nazis Joseph Goebbels, “Una mentira repetida mil veces, se convierte en verdad”.
Otro ejemplo es la Ibero (universidad jesuita en México) quien da a conocer en su página oficial en febrero del 2021 la creación un traductor de lenguaje inclusivo (CaDi). Máquina que, como su nombre lo indica, traduce cualquier documento que es ingresado a ella cambiando cualquier palabra que se identifique con un masculino a lenguaje “inclusivo”. [3]
Es aquí donde se puede afirmar que las esferas políticas y educativas no solo están tomando partido, sino que contribuyen con gran esfuerzo, dedicación y –por supuesto– recursos, para el desplome del pensamiento humano y de la vida misma.
El estar conscientes de la situación es el primer paso para la contención y resistencia ante el grave peligro que corre la Humanidad. Ya lo decía Bauman: “Aunque el análisis es pesimista, nuestra actitud debe ser optimista”. Somos seres pensantes, valientes y con convicciones. Cuidemos el mundo que fue creado para nosotros. La verdad nos hará libres y vale el esfuerzo luchar por ella. El deseo por poseerla está inscrito en nuestro corazón.
[1] Informe de la Real Academia Española sobre el lenguaje inclusivo y cuestiones conexas
[2] NACIONES UNIDAS, Lenguaje inclusivo en cuanto al género
[3] La IBERO desarrolla CaDi, el primer traductor de lenguaje incluyente