Por: Ailyn Ávila Segovia
Sin duda el feminismo ha luchado en cada oportunidad en que la historia ha alumbrado sobre él, ya sea por llevar a la mujer frente a la ley como sujeto de derecho o luchar por igualarla en toma de decisiones políticas o laborales. Estas incesables luchas llevan al planteamiento de que el mundo según la visión feminista jamás fue un lugar para la mujer, más bien es un campo de guerra y miseria que no le permite desarrollar su proyecto de vida y se le opone a través de la economía, la sociedad y hasta frente a su propio sexo. Por lo tanto, la mujer es víctima con sólo nacer.
Pero si esta situación fuera completamente diferente y todas las ideas, caprichos y políticas feministas fueran llevadas a cabo ¿A qué realidad nos enfrentaríamos?
Algunas de las ideas principales presentadas en este tiempo por el movimiento feminista se refieren a igualdad de derechos y oportunidades, políticas públicas con perspectiva de género, paridad, aborto legal, erradicación de la violencia de género y educar en el feminismo, entre otras.
Si partimos desde la más tierna infancia y educamos en el feminismo, tendríamos a niñas jugando a ejercer puestos de poder por sobre el sexo opuesto, solicitando cuotas al jugar a las escondidas y tomando represalias en contra del que no acuerde con ellas en las mismas reglas. Por otro lado, los varones verían condicionado el ejercer su superioridad física en cuanto a fuerza, debido a que deberían igualar la de sus compañeras, lo que no les permitiría desarrollar habilidades naturales que llevan en su genética. Obviamente, todo esto destacaría las diferencias entre los sexos, las que, por cierto, según la visión de un niño a esa edad son casi imperceptibles, debido a que los niños juegan con quien les place, no con quien es de su mismo sexo, raza o condición social y menos con quien piense tal cual ellos.
En un mundo de goce para el feminismo no debiese existir la mal llamada “violencia de género” escribo “mal llamada” porque a la mujer no se le violenta por tener cromosomas XX (además entendiendo que sexo y género no es lo mismo) sino por una infinidad de factores diferentes que casi podrían estudiarse caso a caso; entre ellos, drogas, enfermedades psiquiátricas o psicológicas, represalias, celos etc. Pero si volvemos al sueño feminista, veríamos hombres procesados, enjuiciados y condenados por el solo hecho de actuar en contra de una persona con el cromosoma antes mencionado. De ninguna manera tendríamos procesados por diferentes tipos de delitos, sino tendríamos un sistema penal basado y diferenciado en sexos que castigaría más a unos que a otros en razón del sexo del victimario.
Por otra parte, la paridad es fundamental en el utópico universo feminista y este concepto se refiere a la relación de igualdad o semejanza de dos o más cosas, por lo tanto, pretende que las mujeres igualen a los hombres en número dentro de todos los grupos, ya sea de trabajo, política, artes, etc. Entonces, en el mundo ideal el panorama mostraría igualdad de hombres y mujeres, en todos los lugares de desarrollo, incluyendo por ejemplo al parlamento o congreso, a pesar de tener o no capacidades para legislar asuntos nacionales. Debido a esto se perdería por completo la meritocracia y se priorizaría la paridad de género, esto se extendería a cualquier puesto de decisión en empresas, universidades o política. Extrañamente en su universo perfecto, el feminismo no acepta la paridad en la familia, ya que abraza la ideología de género y por consecuencia la adopción homoparental, por lo tanto, en la familia tenemos disparidad en los puestos de autoridad, lo que el feminismo por cierto celebra, aquí se transforma la visión “consecuente” a incoherente e ilógica.
Un lugar lejano para el feminismo y donde no existe paridad es el ejército, aquí se toman importantes decisiones para los países, por lo tanto y en virtud de la igualdad cuantitativa entre hombres y mujeres se obligaría el reclutamiento para todos, pero acotando los cupos para hombres debido a que actualmente son mayoría, así esté lugar tan desigual abrazaría la paridad.
¿Y cómo igualamos a los intelectuales? Ningún centro educativo entrega calificación y título de intelectual, por lo tanto, no son cuantitativos, más bien ser intelectual es un título que la sociedad entrega, imaginarse que el feminismo iguale esta categoría parece imposible. La paridad en el espacio feminista no se detiene a fomentar la igualdad respecto de los varones en cuanto a la intelectualidad, capacidad de pensamiento crítico, prioridades en el desarrollo laboral o en la libertad de expresión.
Entonces, si queremos establecer el sistema feminista perfecto, necesitamos políticas públicas con enfoque de género. Dentro de esto encontramos el empoderamiento de la mujer a través del aborto, la mal llamada “decisión sobre el propio cuerpo”, y me refiero a “mal llamada” porque si se retira alguna parte del propio cuerpo a través de una intervención quirúrgica se llamaría amputación y no aborto. Las feministas, dichosas se dirigirían al sistema público de salud financiado por todos los ciudadanos a matar a sus propios hijos y ni hablar de la objeción de conciencia, de la cual no habría mención, he aquí la máxima expresión del totalitarismo feminista, tu trabajo condicionado por el pensamiento ajeno.
Según lo antes mencionado, el trabajo o desarrollo de la actividad profesional, frente al feminismo es uno de los campos con mayor desigualdad, por lo tanto el Estado feminista tendría que hacer frente a este plano, igualando salarios, cuotas en todos los empleos y repartiendo el trabajo del hogar de manera equitativa, obviamente pasando por alto las capacidades y habilidades naturales de cada persona, además de silenciar los proyectos familiares y pagando más o menos en razón del sexo de cada individuo. Un pensamiento del todo totalitario.
Luego de implementar la perfecta dictadura feminista, debemos proyectar cuales serían sus consecuencias, entre las que se encuentran, la eliminación de la meritocracia, abolición de las capacidades biológicas, retroceso del razonamiento humano en todas sus áreas debido a que en el desarrollo del trabajo no se encontrarían los capaces, sino los que pertenecen a cierto sexo; una sociedad hipersexualizada, mayor cantidad de accidentes y enfermedades laborales, por el hecho de obviar las capacidades naturales que favorecen que hombres y mujeres desarrollen ciertos trabajos en particular y por supuesto estaría destacada la desigualdad ante la ley. Pero sin duda alguna, la peor consecuencia que tendrá el feminismo en su futuro triste y nefasto será que los hijos deseados a los que éstas permitan nacer, siempre se preguntarán a cuántos de sus hermanos no les permitieron vivir, esto traerá consigo problemas a la unidad familiar, porque estas mujeres serán consumadoras del máximo genocidio en la historia (hablamos de genocidio cuando la maldad se institucionaliza) ya que ni el Holocausto con seis millones de víctimas, ni el genocidio armenio (1915-1923) con aproximadamente ocho millones de víctimas, ni siquiera el número de muertes causado por el comunismo de 94.330.000 [1] personas en toda su historia podrán igualar el gran genocidio feminista que sólo en estos últimos cuatro meses lleva 12.911.000 [2] víctimas y que proyectado a este año 2021 cobrará 38.733.000 vidas. Lo que en solo dos años y medio aproximadamente cubrirá el número de muertes que dejó el comunismo en toda su historia.
No obstante lo anterior, debemos concluir que un régimen feminista jamás será viable debido a las propias contradicciones del movimiento, una de las más grandes es querer eliminar la institucionalidad, como lo refiere una miembro del colectivo Chileno “Las Tesis” en una de las pocas entrevistas grabadas donde expone: “No estamos dispuestas a pactar con la institucionalidad” [3] lo que afectaría todo su castillo de podredumbre de Estado, ya que jamás se podrán impulsar las medidas que tanto profesan.
Finalmente, el movimiento feminista debe ser tratado y relegado a lo que es y siempre ha representado en la historia, simples olas frías y sin forma que jamás se han mantenido en el tiempo, debido a la falta de consecuencia, unidad, moral, pensamiento profundo y critico en cuanto a sus demandas; las que hasta hoy pretenden imponer privilegios, desigualdad, abolición y muerte.
[1] Courtois,S., et al. (2010) El libro negro del comunismo (pp. 33-34). Ediciones B: Barcelona
[2] Shah, I.; Ahman, E. (December 2009). «Unsafe abortion: global and regional incidence, trends, consequences, and challenges» (Pdf). Journal of Obstetrics and Gynaecology Canada 31 (12): 1149–58. Recuperado de https://www.worldometers.info/es/
[3] Puerto tv producciones (2019) Hablan Las Tesis por primera vez [Video] YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=xyOvPb1tENQ
Genial la reflexión respecto a las parejas que quieren formar familias homoparentales y la visión feminista (o que deberían tener) respecto a esto.